Inyección Percutánea de Alcohol (PEI)

Inyección Percutánea de Alcohol (PEI)

La ablación de tumores por inyección percutánea de alcohol es un procedimiento mínimamente invasivo (no quirúrgico) de radiología intervencionista que busca la destrucción química del tumor usando alcohol absoluto.

Consiste en la punción con una aguja fina a través de la piel (punción percutánea) hasta posicionarla en el tumor del órgano a tratar, usando guía de imágenes (ecografía o tomografía), para luego inyectar alcohol absoluto intratumoral (etanol concentrado >99.5%) con el objetivo de lograr su necrosis química, es decir, la muerte tumoral in situ.

Se usa principalmente para el tratamiento curativo o paliativo de tumores malignos de hígado.

En general es una buena alternativa terapéutica para pacientes con tumores menores de 2 cm de diámetro y que no son candidatos a tratamiento quirúrgico por diferentes motivos, logrando el tratamiento local efectivo del tumor, con una baja morbilidad y mortalidad (bajas complicaciones).

Puede ser necesario una o varias sesiones.

Es un procedimiento de bajo costo y buena tolerancia para el paciente.

Puede usarse también en combinación con otros métodos ablativos (terapias combinadas).

  1. Una vez que el paciente es evaluado por el equipo multidisciplinario de especialistas y se solicita la ablación por inyección percutánea de alcohol realizaremos una consulta externa para evaluar cada caso particular. Para ello el paciente deberá acudir con todos sus estudios de imágenes previos y otros exámenes relacionados a su enfermedad para definir y planificar la intervención. Se explicará además el procedimiento, sus riesgos y beneficios.
  2. Deberá informar sobre otras enfermedades que padezca, alergias a fármacos y medicación habitual. Probablemente se le pedirá suspender previamente alguna medicación especifica que afecte la coagulación.
  3. Se le solicitaran exámenes de sangre antes del procedimiento para ver su estado de coagulación los cuales deben ser normales. Además, se realizará el riesgo quirúrgico y la evaluación pre anestésica.
  4. Debido a la actual pandemia se le realizara la prueba de descarte de COVID 19.
  5. El procedimiento requerirá hospitalización generalmente por 24-48 horas en clínica autorizada.
  6. El paciente o su familiar directo firmara el formato de consentimiento informado.
  7. El día del examen se requerirá ayunas de 8 horas antes del procedimiento.
  8. Es conveniente estar acompañado por un familiar el día del procedimiento.
  1. El procedimiento se realizará en sala de operaciones o sala de intervencionismo, adecuadamente equipada y con las más estrictas medidas de asepsia (limpieza quirúrgica), similar a una cirugía. En algunos casos se realizará en sala de tomografía bajo las mismas condiciones.
  2. Se contará con la participación de un médico anestesiólogo quien decidirá y ejecutará el método de anestesia más conveniente para el procedimiento. De esta manera, el paciente no sentirá nada durante la intervención y estará sometido permanentemente a un monitoreo estricto de sus funciones vitales.
  3. La profilaxis antibiótica depende de cada caso.
  4. El paciente se encontrará echado en una camilla, colocado en decúbito dorsal (boca arriba), decúbito ventral (boca abajo) o de costado, dependiendo de cada caso particular.
  5. Se realizará una punción percutánea (a través de la piel) usando una aguja especial la cual se posicionará en el tumor. Para ello se usará guía de imágenes tales como ecografía o tomografía que permitirán una punción precisa y segura, sin dañar otros órganos.
  6. Seguidamente se inyectará alcohol absoluto (etanol >99.5%) en volumen adecuado (<10 ml) para lograr la muerte tumoral selectiva.
  7. Finalmente se retirará la aguja bajo control de imágenes.
  8. Paciente quedará con un pequeño parche cubriendo el punto de punción (no habrá corte en la piel, ni colocación de sutura ni cicatriz quirúrgica).
  9. Todo el procedimiento durara aproximadamente 1-2 horas.
  10. Paciente pasara a sala de recuperación y luego a piso de hospitalización para observación y manejo de síntomas.
  1. El paciente deberá permanecer en reposo absoluto post-procedimiento por un periodo de 24 horas, durante la hospitalización.
  2. En general, la tolerancia al procedimiento es muy buena por tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo. Sin embargo, el paciente podría experimentar el síndrome post-ablación caracterizado por dolor local, fiebre, náuseas u otros síntomas relacionados, que podrían durar hasta 1 semana después del procedimiento. Estos síntomas se manejarán muy bien con medicamentos sintomáticos y luego pasarán definitivamente.
  3. Pocas horas después del procedimiento el paciente podrá retomar su alimentación habitual.
  4. El paciente será monitorizado permanentemente por 24 horas y se realizará un control con guía de imágenes al día siguiente.
  5. En caso de complicaciones, estas se manejarán inmediatamente.
  6. Se otorgará el alta médica 24-48 horas después del procedimiento según la evolución.
  7. Se le entregara un informe médico del procedimiento realizado al paciente o familiar.
  8. El paciente podrá retomar todas sus actividades diarias a los pocos días.
  1. El paciente deberá acudir a citas de control por consultorio externo con su médico tratante (médico de cabecera) según le indiquen.
  2. Es necesario realizar el primer control tomográfico con contraste 4-6 semanas después del procedimiento para evaluar el resultado inicial del tratamiento. También se puede realizar resonancia magnética con contraste.
  3. Luego, se repetirá el mismo estudio tomográfico con contraste a las 3, 6, 9 y 12 meses de realizado el procedimiento para descartar recidivas locales. Posteriormente se continúa a intervalos de 6 meses durante 3 años.
  4. En caso de recidivas o aparición de nuevas lesiones tumorales se puede repetir este procedimiento las veces que sea necesario.
  1. Como cualquier intervención médica, existen riesgos propios de la punción dependiendo del órgano a tratar. Sin embargo, por tratarse de un procedimiento mínimamente invasivo, las tasas de complicaciones y la mortalidad en general son muy bajas.
  2. El principal riesgo es el sangrado del órgano a tratar, el cual suele autolimitarse en la mayor parte de veces. Excepcionalmente podría ser necesario tratarse con un procedimiento denominado embolización (realizado por nosotros mismos) o más raramente cirugía. Adicionalmente en tumores de pulmón podría producirse neumotórax.
  3. La lesión de otros órganos o estructuras adyacentes, la infección del sitio de punción y la diseminación tumoral son muy raras.
  1. En general, los beneficios superan en mucho a los riesgos.
  2. Excelente alternativa para pacientes con tumores menores de 2 cm de diámetro y que no son buenos candidatos a tratamiento quirúrgico por diferentes motivos.
  3. Es un procedimiento mínimamente invasivo (no quirúrgico).
  4. Procedimiento relativamente rápido, sencillo y seguro.
  5. Posibilidad de tratamiento curativo o paliativo de tumores malignos del hígado.
  6. Permite el tratamiento de varios tumores a la vez en el mismo órgano.
  7. Al ser un tratamiento dirigido focalmente al tumor se preserva la mayor cantidad de tejido sano del órgano a tratar.
  8. Bajas tasas de complicaciones y de mortalidad.
  9. Corta estancia hospitalaria.
  10. Recuperación rápida del procedimiento y puede retomar sus actividades habituales en pocos días.
  11. Puede repetirse este procedimiento las veces que sea necesario.
  12. Puede realizarse en combinación con otras terapias (quimioembolización, quimioterapia, radioterapia o cirugía) mejorando el resultado terapéutico global de la enfermedad

Abarcamos todas estas Terapias Ablativas

Ofrecemos diferentes tratamientos personalizados de radiología intervencionista para cada uno de nuestros pacientes.

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